Frans Masereel
(1889-1970)
Pintor
y dibujante nacido en Bélgica, Blankenberge. A los cinco años se muda a la
ciudad de Gante, lugar donde descubre su vocación.
En
1907, se matriculó en la Academia de Bellas Artes, donde tuvo como profesores a
Jean Delvin y Jules Bruicker quienes lo iniciaron en el dibujo y la
pintura. Sin embargo, Frans Masereel
destacaba que fue Jules Bruicker quien le ayudó a desarrollar una visión artística. Y bajo consejo de sus profesores, decidió
marcharse a París.
A sus
21 años llega a París donde se dedica por completo a sus habilidades en pintura
y dibujo, gracias a estas habilidades puede emplearse en revistas y periódicos.
Posteriormente,
conoce a Gilbeaux (propagandista de una revista de corte satírico y radical), y
es así como Gilbeaux influye en las ideologías y concepciones artisticas de
Frans Masereel, además de presentarlo con importantes escritores como: Romain
Rollan, León Bazalgette, Rainer Maria Rike y Emil Verchaeren.
Tiempo después
Masereel se interesa en el grabado, con técnicas del buril sobre
planchas de cobre, además de seguir técnicas apegadas a la tradición medieval y
el trabajo con gubias y cuchillos sobre tacos de madera.
Queatre Boeufs fue quien enseñó a Masereel el viejo oficio de
grabado sobre madera: la xilografía.
En 1919, 1920 y 1921 publicó varios libros sin palabras, donde
solo utilizaba grabados para narrar las historias:
Mon Livre d'heures (1919), Un fait divers (1920). Souvenirs de
mon pays (1921).
La Gran guerra del 1914 marca el estilo de dibujos, grabados y
pinturas de Marsereel, tras haber sido voluntario en la cruz roja internacional,
de haber presenciado muertes, y haber recibido heridos por la guerra, lo cual
se ve reflejado en sus grabados.
En 1919, al tiempo que aborda la
realización de nuevas estampas xilográficas, retoma con fuerza los pinceles y
expone por vez primera sus grabados, acuarelas y pinturas en la librería Kundig
de Ginebra. Un año más tarde, en 1920, publica dos de sus mejores y más
reconocidos trabajos. Histoire sans paroles y L`Idee.
En octubre de 1921 viajará
invitado por éste a Múnich y a Berlín, donde conocerá a George Grosz, que se le
declara como un apasionado admirador de su obra. Conocerá también al escritor
Arthur Holischter, al que años después ilustrará su Baedecker de los
locos, libro que en España publicará tardíamente las ediciones
Cénit. Entre las figuras de esta izquierda cultural de la Alemania de Weimar
que ahora le rinde honores no puede faltar el mítico galerista Alfred
Fletscheim, que le abre las puertas de sus galerías en Berlín y en Düsseldorf.
En 1922 se publica la primera monografía
dedicada a Masareel.
Masareel representaba todo lo que veía y llamaba su atención: calles saturadas de anuncion, automóviles,
tabernas, personas suicidas, prostitutas, artistas de circo, tragafuegos,
asesinos, criadas, músicos de jazz, comerciantes usureros, pequeños y grandes
burgueses, mujeres, niños, ancianos, perros, gatos, etc.
En 1925 publicó La
ciudad (La ville/Die Stadt) una de sus novelas en imágenes, donde muestra
las profundas desigualdades sociales. Ilustró además obras de:
Erasmo de Rotterdam,
Víctor Hugo, Walt Whitman, Lev Tolstoi, Rabindranath Tagore y Oscar Wilde,
entre muchos otros autores.
En 1946 aparece su Homenaje a
Baudelaire ilustrado con 53 xilografías y en el 47 su Germinal de Émile Zola.
Sus exposiciones en diferentes galerías y museos europeos volverá a ser
constante. En 1949 fijará su residencia definitivamente en Niza. Se aloja en un
piso frente al puerto donde vivirá hasta el final de sus días.
El 3 de Enero de 1970 a los 83
años de edad, Frans Masereel, el novelista sin palabras, muere en su nuevo
domicilio de Aviñon. Días después las exequias oficiales se celebran en el
Museo de Bellas Artes de Gante, la ciudad donde inició su viaje apasionado por
la pintura, el grabado, la literatura, y la vida.